¿CFK necesita un Coach?
Si la Argentina fuera una empresa y CFK su CEO, un coach la ayudaría a tener un espacio reflexivo, a construir vínculos de valor para la Argentina y la región, a fortalecer la construcción de un equipo de trabajo en quien respaldarse, y en el armado de esa red de confianza básica que todo líder debe tener. Tal vez mejoraría su escucha y le permitiría aceptar a otro en sus legítimas diferencias. Podría trabajar la herramienta del diálogo y el pensamiento estratégico que le permita construir las bases de un proyecto para los próximos 20 años, con foco en el compromiso, en el crecimiento y en las oportunidades de un escenario global.
Cada día es más común que los líderes responsables de la toma de decisiones en las empresas tengan conversaciones con un coach, ya sea por iniciativa propia, o porque la compañía quiere apuntalarlos. La función del coach es, hacer de facilitador para que el ejecutivo o coachee sepa cuáles son las competencias que necesita desarrollar para alcanzar lo que desea o lo que su puesto en la empresa le requiere. (Fuente: Diario La Nación - 11/10/2009)
El coaching es un proceso que tiene implicaciones tanto en el plano profesional como personal. Si bien generalmente las conversaciones con el coach giran en torno de asuntos laborales, suelen infiltrarse temas de la vida privada que se entrometen en el trabajo. Por eso el proceso es totalmente confidencial y supone una transformación personal, llena de descubrimientos y en los que se sitúa al profesional en otros planos de visión de la realidad. Esto supone un verdadero cambio en su forma de vivir en el entorno de trabajo.
Es cierto: para las empresas los beneficios son múltiples, sobre todo en la mejora de la eficiencia y el aumento de la productividad, ya que permite desarrollar una nueva cultura en la que las empresas confían en el compromiso y responsabilidad de sus empleados, que trabajan con una clara orientación a objetivos. En las organizaciones hoy predomina el miedo a perder el trabajo y se hace necesario volver a las fuentes, a ser más conscientes de que el miedo no debe paralizar y así evitar enfermarse. Hay que aprovechar los momentos críticos para eliminar prácticas no saludables, como el rumor, e institucionalizar las más sanas.
El coaching ejecutivo desarrolla las competencias de liderazgo y gestión de personas, de desarrollo organizativo, motivación, adaptación y flexibilidad, comunicación, gestión de conflictos, etc. Supone un cambio de mentalidad en todos los sentidos. El líder-coach se expone a los demás mostrando un alto grado de compromiso y aunando intereses, con capacidad para empatizar, escuchar, generar un contexto adecuado con sus equipos, confiando en sus colaboradores y teniendo en cuenta su opinión y haciendo que estas buenas prácticas se extiendan entre los equipos de trabajo de forma piramidal.
Las nuevas tecnologías han contribuido a que hoy se pueda conversar con un coach via teléfono, teleconferencia o Skype, pero siempre es necesario tener encuentros personales ocasionales y de taller con el coachee, para crear un vínculo exitoso para el proceso.
Comentarios
Publicar un comentario